Intenta una experiencia al azar!

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miércoles, septiembre 22, 2010

Diario de un carterista (Parte 7)
Posteado por: MegadanX4
Capítulo 7: Juramentos

Estoy deprimido, me siento vacío, perdí algo que quería demasiado, parecía que toda mi felicidad se había ido con mi celular, tenía tantos recuerdos con él, tantos viajes que hicimos, experiencias que pasamos.

Jódete... JÓDETE! es lo único que puedo decirle al desgraciado que me arrebató un trozo de mi vida. Ahora solo siento dos cosas; ira y rencor.

Es extraño sentir algo por alguien que ni conoces y que solo viste un instante, muchos me dirán ¿qué hay del amor a primera vista? La absoluta verdad es que no tengo idea de si eso del "first sight love" sea real o no, lo único que pasa por mi mente ahora es ver a ese maldito lacra pudriéndose en la cárcel. Lo malo es que yo se que probablemente eso nunca ocurra.

Me siento frustrado, cómo es posible que luches por algo, que te esfuerces por tener las cosas que uno tanto desea y cuando al final son tuyas, llegué cualquier imbécil y te las quite, sin ningún esfuerzo ni trabajo.

Definitivamente, el mundo está lleno de escorias. ¡Ya no hay honor!

Admiro y respeto a los samurai, eran asesinos y guardaespaldas muy diestros y letales, pero antes de todo estaba su código de honor y la lealtad que juraban a sus señores feudales. Cosas como no atacar a un enemigo caído y darle la oportunidad de defenderse y morir con honor en batalla o limpiar sus faltas con el suicidio, hace falta mucho valor y fuerza de voluntad para cumplir con ese código.

Si yo fuera un ladrón tendría mi propio código de honor, si tuviera que usar la violencia, no lo haría con alguien más débil que yo, sería una cobardía atacar a un niño, a un anciano o a una dama.

Lo que más ira me produce, es saber que hay cada basura pululando por las calles, esperando a que alguien débil o indefenso se acerque para emboscarlo, intimidarlo y robar sus pertenencias aplicando la fuerza innecesariamente... personas como esas no merecen vivir.

Comienzo a fantasear... ojalá fuera una especie de vengador que fuera por el mundo acabando con esas escorias que lo están pudriendo, sería como un samurai y con mi katana purificadora limpiaría esta sociedad corrupta... pero son solo fantasías, aunque sería interesante un videojuego con esa temática.

La segunda regla de mi código, será nunca privar de sus posesiones a alguien que las necesite realmente. Sería una verdadera falta de honor, una cobardía una... no quiero ensuciar mi diario con esa palabra, pero creo que no hace falta escribirla.

El día que rompa esta regla, cortaré mi mano, lo juro por mi honor como videojugador y por todos mis gadgets, por ningún motivo pasaré a ser parte de esa escoria de bandidos sin honor.

La regla 3 y la más importante. No robar más de lo que necesito.

Cuando era niño y veía las caricaturas, quedó en mi mente la frase que dijo el tío Ben en Spiderman: "Con grandes poderes, vienen grandes responsabilidades"

No debo dejarme corromper por la sensación de poder tener todo lo que deseo de forma fácil, juro que seré fuerte, que no me dejaré vencer por esa tentación y juro que estaré listo para cuando llegue el día en que deba dejar de robar. "cuando llegue el día que deba dejar de robar..." ¿por qué estoy diciendo eso? aún no robo nada, y probablemente no lo haga. ¿Será que comencé a fantasear de nuevo o esta no es una fantasía, sino una señal de que mi vida cambiará muy pronto? no lo se, pero se hace tarde, pasé mucho tiempo escribiendo aquí, de hecho creo que me siento mejor, ahora mi ira ha desaparecido y me siento más motivado, estoy seguro de que mañana si será un buen día.

Esto de tener un diario me está gustando, aunque si tuviera mi Xperia, seguramente escribiría esto en él. ¿Pero para qué seguir fantaseando? mejor iré a dormir... Hasta mañana!

jueves, septiembre 16, 2010

Diario de un carterista (Parte 6)
Posteado por: MegadanX4
Creo q muchos no han leído la parte 5, lo q pasa es q hubo un problema de incongruencias en las fechas de publicación y el chiste es q se puso en una fecha anterior al post "Retraso en la parte 5"
Pero bueno, para los q no la leyeron, le pueden puchurrar AQUI y podrán leerla.

Como todos los jueves, aqui les dejo un nuevo capítulo de la saga

Pequeño Jimmy: ¿Qué acaso no era el martes cuando se estrenaba?
MegadanX4: Cállate!


Sin más, les dejo el capítulo final de la serie...

Pequeño Jimmy: ¿Ya no habrá más episodios? D:
MegadanX4: jaja, es choro, si habrá más :D


Capítulo 6: Ladrón que roba a ladrón

Lo vi en un mostrador, reluciente y elegante: Sony Ericsson Xperia... Yo sabía que no lo podía tener. Tanta magnificencia y lujo estaban fuera de mis posibilidades. X-p-e-r-i-a... el solo decir aquel nombre provocaba una fuerte emoción y excitación dentro de mi, no estaba seguro acerca de lo que representaba la palabra Xperia, la X podía ser por algo completamente nuevo y desconocido que solo podrías descubrir teniéndolo y descifrando los secretos que esconde su firmware, o tal vez se refiere a la experiencia única que implicaba poseer una obra maestra de la tecnología portatil. Me imaginaba las miles de cosas que podría hacer si lo tuviera en mis manos, sería mi primer celular con pantalla táctil, aquella dulce sensación de presionar un botón o una tecla sería reemplazada por el placer de deslizar mis dedos sobre la reluciente pantalla tactil.

No era la primera vez que fantaseaba de ese modo, me había sucedido en distintas ocasiones, por ejemplo, la primera vez que vi una Alienware: hermosa por fuera pero poderosa por dentro. Cosas como esa me hacían babear, y hablo en serio. Es una sensación indescriptible e incomparable, hay muchísimas cosas que a la gente le producen placer, pero creo que es dificil compararlas entre si.

Mientras mi mente soñaba despierta cosas maravillosas respecto al celular que no podía tener, una voz resaltó de entre todo el bullicio de las calles del centro de la ciudad.

—¿Qué buscabas amigo, un celular, accesorios, cambios? Pregunta, te damos precios...

La voz provenía de un hombre de unos 28 o tal vez hasta 30 años, usaba una playera tipo polo con rayas horizontales blancas y rojas y una gorra que no se por qué, tenía el logotipo de intel. Decidí acercarme a aquel tipo y preguntar. El individuo traía un catálogo en la mano con varios modelos de celulares, principalmente los más recientes y costosos. Entre ellos estaba, por supuesto, el Xperia.

Inocentemente pregunté el precio, creyendo que por algún extraño milagro podría llegar a comprarlo y saciar un poco mi deseo de gadgets, pero al escuchar aquel número de 4 cifras desapareció esa pequeña esperanza, pero pronto volvió al escucharlo decir "también lo tenemos en cambio, ¿qué teléfoono traes?"

Sin pensarlo, las palabras salieron de mi boca, fue una especie de reflejo involuntario, como cuando el médico golpea tu rodilla con el pequeño martillo de goma, simplemente fue una reacción incontrolable e inminente —Un W810— y eso fue todo lo que dije antes de poder reaccionar y darme cuenta de lo que acababa de decir.

— Pues mira, te cobraría $3,000 de diferencia, pero me lo tienes que traer con sus accesorios, caja y manual....— el tipo seguía hablando, pero dejé de ponerle atención cuando dijo 3 mil pesos, ¡era prácticamente un regalo! no podía dejar ir esa oportunidad, aún necesitaba el dinero, pero tenía esperanza de poder reunirlo rápidamente. Era casi como si ya lo tuviera en mi poder, un Xperia, mi gran sueño de teléfonía móvil.

Aquel individuo seguía hablando mientras yo imaginaba muchísimas cosas con mi nuevo celular y ponía cara de "te estoy poniendo toda mi atención". En eso se acercó otro individuo al cual ni siquiera presté atención.

—¿En cuánto tienes el Sony Ericsson W810? — Preguntó en tono curioso pero a la vez firme.
—Lo siento, amigo, ahorita no lo tenemos, si gustas darte una vuelta la semana entrante y te doy precio.
—OK, gracias — y se marchó sin decir nada más

El tipo del catálogo siguió hablando —¿Entonces qué, te animas? —Lo dijo de tal manera y con un tono de voz que podría haber convencido a cualquiera.
—No traigo el dinero ahorita— Le dije decepcionado — Pero podría pasar en la semana
—Muy bien, aquí te esperamos.

Dicho esto, comencé a caminar rumbo al metro y solo pensaba en dos cosas, de dónde sacaría el dinero y que es lo que haré con mi nuevo Xperia. Casi tropiezo con un bache al cruzar la calle y de algún modo, el bache me hizo despertar de mi pequeño letargo como si me hubiecen arrojado una cubetada de agua helada en la mañana.

Y tuve la idea de llamar a mis padres, comentarles lo sucedido, explicarles las ventajas del nuevo celular y cómo podía obtenerlo facilmente, probablemente no podría convencerlos, pero no perdía nada haciendo mi pequeña lucha. Llevé mi mano derecha al bolsillo de mi sudadera, pero solo encontré el boletito de papel reciclado que me dieron esa mañana al tomar el camión, entonces revisé la bolsa izquierda, pero mi pequeño celular tampoco estaba ahi.

Mi corazón comenzó a agitarse, sentí una gota de sudor en la nuca, metí mis manos a los bolsillos del pantalón esperando encontrar mi celular ahi, pero me llevé una terrible sorpresa. Comencé a desesperarme, volvía a revisar las bolsas de mi sudadera, los bolsillos delanteros y traseros del pantalón, y mi pequeño amigo no aparecía.

Por un segundo me sentí aturdido, pero traté de calmarme y empecé a repasar todo lo que había hecho ese día: recorrer tiendas de electrónica, ir a la tienda de videojuegos a la que siempre voy, ver los nuevos equipos celulares en aparador, preguntar por el Xperia...

¡Fue el tipo que pasó a preguntar!

Corrí de vuelta al lugar, pero no encontré ni al hombre del catálogo ni al culpable del robo de mi celular, busqué con la mirada por toda la avenida esperando encontrar a alguno de los dos y finalmente le pregunté al dueño del local que estaba frente a donde encontré al del catálogo.

—Lo siento, aqui no tenemos trabajadores que salgan a promocionar, de hecho está prohibido que hagan eso.

No podía creerlo, pregunté en varias tiendas y en todas tenía respuestas similares: "No tenemos promotores que salgan a la calle", "no mandamos a nadie a que promocione", "se supone que no se debe hacer eso, nos multan", "¿pasa algo malo?". Y al fin tuve una respuesta concreta: "no chavo, esos tipos son puros malandras que salen a robar a la gente, por eso solo debes comprar en locales establecidos. Si despues de hablar con el hombre que dices no traías tu celular mejor vete olvidando de él"

Sentí un fuerte nudo en la garganta y un vacío en el estómago. Lo perdí, mi teléfono tan querido y lo perdí debido a mi codicia, ni siquiera me preocupé por él, no me importaba cambiarlo, solo quería otro celular de última generación y ahora no tenía nada.

Fue el infeliz que se acercó a preguntar. ¡Estoy seguro de eso! era cómplice del tipo del catálogo. Debió meter su mano en mi sudadera y tomó mi celular. ¡Maldito! ¡lo odio! se aprovechó de mi ingenuidad y torpeza, en este momento debe estar riéndose de mi, pensando en lo facil que fue y recordando al imbécil que se dejó robar ese día.

Perdí mi novia y mi celular, ¡que semana tan horrible! Creo que lo del teléfono fue lo peor que pasó, creo que me duele más el hecho de que un carterista se haya llevado a mi amigo, creo que debería hacer lo mismo que él hizo, creo que debería tomar venganza, creo que debería recuperar lo que me quitaron, o por lo menos, conseguir algo igual o mejor, creo que debería seguir su ejemplo y tomar lo que quiero sin pedirlo antes...

martes, agosto 31, 2010

Retraso en la parte 5. Sry
Posteado por: MegadanX4
Resulta que cierta persona que enseña Redes I en escom nos dejó una práctica q no he podido hacer y eso me absorbió tooooodo el fin de semana, por lo cual la 5ta parte de "Diario de un carterista" se retrasó.

De verdad pido una disculpa a todos los q siguen la serie, me doy cuenta de que ha sido muy bien recibida, pero les prometo que pronto estará lista la siguiente parte :)

Sin más q decir, espero poder sacar esta práctica adelante.

Saludos de MegadanX4
Diario de un carterista (Parte 5)
Posteado por: MegadanX4
Veo q la serie ha sido muy bien recibida. Me alegro mucho n_n
Después del retraso, aquí está la parte 5.
La culpa la tiene cierto profe de redes q nos dejó una práctica q al final no pude hacer. Pero ese no es el caso. Disfruten el capítulo 5


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Capítulo 5: Tentaciones

He perdido dos cosas en esta semana... Perdí a mi novia, con quien estuve mucho tiempo, con quien compartí muchas risas y momentos felices, la chica que alguna vez amé y que me amó a mi. La niña que con el solo hecho de sonreir podía aliviar mi tristeza o mi enojo. La había perdido, pero fue por que quise, no creí que fuera justo para ella estar con alguien cuya mente divagaba en otras cosas en lugar de enfocarse a lo que realmente importa y sobre todo, a ella. No era justo hacerla creer que todo estaba bien cuando no lo estaba, ni tampoco hacerla sufrir con mi indiferencia.

La otra cosa que perdí fue mi celular... un Sony Ericsson W810i color negro, el cual estaba "customizado" perfectamente a mis gustos y necesidades.
Pasé varias horas haciéndole un "Flasheo", instalándole pequeñas pero útiles aplicaciones, juegos, Tweaks para cambiar el funcionamiento de algunas cosas, mejoras para la cámara de 2 Megapixeles que para el tiempo en que lo compré era una verdadera maravilla. Además había creado un tema completo que incluía fondos, íconos y colores completamente a mi gusto y que me tardé alrededor de una semana de trabajo poder terminar.

El teléfono no fue toda la pérdida, dentro había una Memory stick de 4 GB que venía con la cámara de 13Mp que acababa de comprar por internet, se la puse al celular para poder tener más música y contenidos.

Creo que lo que más coraje me dió de haber perdido el celular, fue el modo en que lo perdí...

Era un buen día, como todos los domingos. Me encontraba en el centro, específicamente en una calle donde podías encontrar todo tipo de dispositivos y aparatos electrónicos. Cámaras fotográficas y de video, modelos muy recientes de alta definición y con disco duro interno que permitían olvidarse de los cassettes y DVD's y de un tamaño tan pequeño que casi podrían usarse como cámaras espía dentro de un florero o detrás de un cuadro. Había también televisores de alta definición, no les prestaba mucha atención por que eran muy caros y debido a mi situación no podía aspirar a algo asi, pero me quedaba maravillado al ver como la tecnología había avanzado tan rápido que en pocos años una tele que podia tener casi medio metro de profundidad ahora tenía mucho mejor calidad de imagen y en tan solo unos cuantos milímetros de espesor.

Había una tienda especializada en videojuegos, me gustaba entrar ahi solo para ver las novedades de las consolas de última generación. En lo personal, me considero un gamer de la vieja escuela, prefiero los viejos clásicos de la era de los 8 y 16 bits. Soy fan de las grandes sagas como Megaman, Final Fantasy y Zelda, pero me gustaba ver los juegos más nuevos y admirar los maravillosos cambios que había sufrido esta industria. Mi consola favorita es, hasta la fecha, el
PSP, debido a que puedo jugar en él todos aquellos juegos de hace tantos años, además de los juegos más nuevos para la consola portatil. De algún modo, el dueño del local ya me conocía, era un tipo de unos treinta y tantos años con cabello largo y cola de caballo, solía usar playeras con temáticas geek o de videojuegos muy parecidas a las que a mi me gustaba usar. Cada semana me daba yo una vuelta por ahi, a veces solo eran unos cuantos minutos y otras veces llegaba a pasar hasta una hora viendo todos los juegos nuevos y probando uno que otro. En ocasiones, sentía que el tipo me miraba feo, por que siempre que visitaba su tienda, pasaba a ver nada más y muy rara vez compraba algo.

Terminando mi recorrido habitual por la tienda de videojuegos, pasaba a la zona especializada en telefonía móvil.

Veía los nuevos modelos, los comparaba en mi mente, hacía una especie de análisis costo-beneficio y evaluaba cuáles eran para mi, los mejores equipos. Casi siempre tomaba en cuenta los mismos parámetros: Diseño, memoria interna, calidad de la cámara, compatibilidad de software, resolución de la pantalla y prestaciones extras. Me inclinaba mucho por la estética de los modelos, pero no menospreciaba la utilidad y las funciones. La cámara era un aspecto importante, no solo había que ver la resolución de las fotos que tomaba, había que ver si la resolución era real o era mejorada digitalmente, el zoom, las capacidades de enfoque, en fin, era mucho lo que había que considerar.

En general, ningún teléfono era perfecto, todos tenían sus puntos fuertes y sus debilidades, pero para mi, mi W810 era el teléfono ideal. Le tenía mucho aprecio, me había acompañado por más de dos años, lo llevaba siempre conmigo, era mi reloj despertador, mi agenda, mi calculadora, mi cámara "ever ready", mi reproductor de música... era todo lo que siempre necesité.

Y entonces, la tentación me cegó...

martes, agosto 24, 2010

Diario de un carterista (Parte 4)
Posteado por: MegadanX4
Llega la 4ta parte, la cual escribo no bajo los efectos de las drogas, ni el alcohol ni enervantes ni m*madas, sino bajo el efecto de una fuerte carga emocional y sentimientos encontrados.

Cómo sea, espero q les agrade. Luego hago un post con el índice para que encuentren rápido el capítulo siguiente.

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Capítulo 4: De amor y obsesiones

Mi mundo comenzó a cambiar, veía las cosas de un modo diferente, a las personas ya no las miraba de la misma manera y todos los que me rodeaban notaron que yo me comportaba diferente. Empezando por mi novia.

—¿Qué te ocurre? andas muy serio... ya no eres tan cariñoso conmigo— me decía con cierto grado de tristeza en su voz. Y realmente comprendo a q se debía su sentimiento de "ya no ser querida", y la razón es que yo solía ser muy empalagoso con ella.

Siempre estaba abrazándola, diciéndole cuánto la quería, la cargaba y la dejaba suavemente sobre una silla o el pasto fresco al atardecer, le susurraba lindas palabras al oido, incluso mientras dormía, pero yo sabía que podía escucharme perfectamente porque aunque sus ojos estaban cerrados, su boca sonreía dulcemente. Sus ojitos color miel brillaban al verme y mis ojos la miraban con tanta ternura que a muchos les parecería cursi, pero para mi, mi único mundo, mi unica luz, era ella, y mi único alimento era el amor que sentíamos el uno por el otro.
Tan bello y perfecto era el mundo para mi cuando estaba a su lado, todos mis problemas se terminaban con una sonrisa suya, con un mirada cálida o con un beso lleno de amor que sus labios me regalaban. Lo era todo para mi, y yo era todo para ella. Pero de repente las cosas cambiaron y el encanto que provocaba en mi su mera presencia se había desvanecido, dejando atrás una ola de recuerdos maravillosos de todos los momentos que pasamos juntos y que ahora solo eran parte de un pasado que estaba seguro que jamás volvería, porque las cosas ya no serían igual, lo que sentía ya no era lo mismo.

—¿Es qué ya no me quieres? ¿dime qué es lo que hice? ¿en qué fallé?— Las lagrimas surgían debajo de sus párpados y se quedaban dentro de sus ojos, sin reventar. No parpadeaba, solamente me miraba fijamente con esos ojos color miel de los cuales anteriormente me había enamorado más allá de la razón, y que ahora esas lágrimas hacían brillar más de lo normal. Su boca ya no sonreía y sus labios resecos solo emitían pequeños suspiros llenos de dolor y tristeza.

No contesté.

—¡Quiero que me digas!—Me dijo con una voz que, más allá de sonar triste, sonaba iracunda, pero conservando a la vez el volumen que había empleado anteriormente —¿Qué pasó? ¿Qué te hizo cambiar de un día para otro? ¡No me digas que tienes a otra! — Y al pronunciar esa frase, todo el dolor que se alcanzaba a percibir en sus palabras fue sustituido por un aire de enojo y decepción.

—¡No! no tengo a otra, y deja de decir tonterías, lo que pasa es que no me siento bien— y vaya que no me sentía bien.

—Díme ¿qué puedo hacer para animarte? — La esperanza resaltaba en sus palabras.

—Nada... simplemente, nada— Le dije volteando la mirada hacia un árbol cercano. Llevábamos varias semanas reuniéndonos en ese parque y nunca había notado ese pequeño árbol. "Lo habrán sembrado ayer" me dije a mi mismo tratándo de distraer mi mente y desviarme del tema de conversación, pero me era inebitable ignorar a la chica con la que había compartido tantas cosas y tantos momentos geniales. — Creo que ya has hecho todo lo que estaba a tu alcance, y de verdad te lo agradezco, pero ahora te pido que me dejes en paz.

Y las lágrimas finalmente se rompieron con el parpadeo de sus ojos, sus largas pestañas quedaron empapadas, y al correr cada gota de tristeza por sus mejillas iba dejando un rastro negrizo por el maquillaje que se llevaba consigo lentamente.

No pude verla a los ojos, me levanté sin decir palabras y la dejé ahí, en ese parque donde nos dimos por primera vez un beso lleno de amor puro, en el parque donde el sol siempre brillaba y se sentía un ambiente cálido y agradable que a todos los que cruzaban por ahi los ponía de buen humor. Sentada, triste, su rostro lleno de dudas y temor, sola, en aquella banca color blanco con el logotipo de la delegación donde solía recostarse en mis piernas mientras yo acariciaba su cabello y donde yo solía recargarme en su regazo mientras ella me arruyaba con su dulce voz y sus tiernas palabras.

No mirés atrás, me decía a mi mismo, pero no hacía falta. No tenía deseos de mirar atrás. Pero había algo raro dentro de mi, o mejor dicho, no había nada. Sabía que había lastimado a alguien, y sin embargo, no sentía culpa, ni dolor, ni remordimientos.

Anteriormente había lastimado a muchas personas, pero el dolor que producía a otros siempre era recíproco, e incluso a veces me dolía más a mi el hecho de saber que otra persona había sufrido por mi culpa.

¿Qué fue lo que me hizo cambiar?

Desde aquel día en el metro solo podía pensar en tener cosas. Celulares, videojuegos, computadoras, todo aquello que de algún modo significaba tanto para mi a tal grado de carcomer mi alma y a desplazar los sentimientos que habitaban dentro de mi, cambiándolos por un grán vacío que solo podía ser llenado no por el amor, ni por odio, el dolor tampoco serviría para eso, lo que buscaba, o mejor dicho, lo que ahora necesitaba era la felicidad, la felicidad que solo podía obtener a través de objetos materiales que sabía que dificilmente podría obtener. Y ese conocimiento, el saber que no podrás alcanzar aquello que deseas realmente, aquello que necesitas, lo que verdaderamente podría convertirte en un ser completo capaz de decir "soy feliz", el solo hecho de pensar en no poder tenerlo o no contar con los recursos necesarios para alcanzarlo, era una sensación tan frustrante que hizo que casi todas mis emociones se congelaran.

Y ahi quedaron, en algún rincón oscuro de mi alma, el amor, la generosidad, el deseo de ayudar a otros, la motivación para hacer cada cosa de buena gana y dándo lo mejor de mi, e incluso el dolor de saber que había perdido a una de las personas que más amaba. Todo ello arrumbado dentro de un enorme bloque de hielo alimentado con el agua de las lágrimas que las personas a mi alrededor derramaban por mi culpa y mantenido por el frío de mis deseos mundanos y mi ambición de poseer más y más cosas que para muchos tenían poco valor espiritual, pero que para mi, se habían convertido en el todo.

martes, agosto 17, 2010

Diario de un carterista (Parte 3)
Posteado por: MegadanX4
Y la historia continúa, sigan comentando y disfrutando leyendo tanto como yo disfruto escribiendo.

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Capítulo 3: Viajando en el metro

Todos los días comenzaban igual...
Suena mi despertador a las 5:15 con la tonadita de uno de mis videojuegos favoritos, pese a ser una musiquita que me gusta mucho, es realmente desagradable tener que levantarme tan temprano. Salgo de mi cálida recámara a la fría sala, donde tengo que caminar a oscuras hasta llegar al interruptor de la luz, lo cual había dejado de ser un problema mayor hace ya mucho tiempo porque cuando llevas años viviendo en la misma casa terminas memorizando inconcientemente dónde se encuentran las paredes, los muebles y posibles obstáculos que puedas encontrar. Mi primera misión del día es encender el calentador de agua y esa realmente suele ser una tarea complicada, ya que el susodicho dispositivo es un tanto antiguo y a veces tardo mucho tiempo tratando de que la llama no se apague. Cuando al fin logro encenderlo, debo esperar unos minutos para que el agua se caliente. Cabe mencionar que casi siempre empleo ese pequeño tiempo para recostarme en el sillón y descansar los ojos un momento, aunque en muchas ocasiones eso implica quedarme dormido y despertar dándome cuenta de que llegaría tarde a clases otra vez.

Mi familia siempre se queja de que tardo demasiado tiempo en el baño, particularmente en las mañanas, pero casi siempre es por que me quedo dormitando bajo el chorro de agua tibia, es bastante agradable, pero llegó un momento en que me di cuenta que desperdiciaba mucha agua, asi que comencé a bañarme rodeado de cubetas para tratar de ahorrar lo más que pudiera. Saliendo de bañarme, voy rápidamente a mi habitación, ya que el trayecto del baño a mi cuarto es bastante frío. Generalmente siempre me pongo lo primero que encuentro, salvo en ocasiones especiales cuando salgo con mi novia y selecciono mi ropa con mayor cuidado o cuando hay que hacer una presentación en clase y no puedo asistir con una de mis playeras Geek con divertidas imágenes de videojuegos o leyendas como códigos de programación graciosos o frases épicas de los juegos clásicos.

Una vez que ya estoy vestido, desayuno lo primero que enccuentro en el refri, alboroto mi cabello y cepillo mis dientes frente al espejo. Cierro la puerta con cuidado para no despertar a nadie y me dirijo a tomar el camión. En el camino me pongo mis audifonos de "chupón" y saco mi iPod de la bolsa derecha de mi pantalón, el cambio o "morralla" se encuentra en la bolsa izquierda, mi cartera en la bolsa izquierda trasera y mis llaves en la derecha trasera.

Normalmente a esas horas de la mañana los camiones pasan atascados de gente, me ha tocado tener que subir por la parte de atrás y darle mi pasaje a alguien para que lo vaya pasando hasta llegar a la alcancía del camión, y luego el boletito va de regreso mano por mano hasta llegar a mi, y lo primero que hago es ver el folio:
"00923051... veamos... suman 20... mmm por poco es un 21... bueno a lo mejor mañana si sale..."

Bajo del camión y me apresuro a llegar al metro. No soy fan de viajar en metro, pero cuando no hay alternativa es un buen medio de transporte, además de que no contamina. Al igual que el camión, el metro también va atascado, solo que aquí hay 10 veces más gente. Espero al tren parándome en la orilla del andén con la esperanza de que no llegue algún loco y nos empuje a todos. Después de tanto viajar en metro, sé exactamente el lugar donde tengo que esperarlo para que me toque estar frente a la puerta y ser de los primeros en entrar. Casi siempre el conductor es lo suficientemente preciso para frenar en el instante exacto en que la puerta queda perfectamente perpendicular a mi nariz, pero hoy es la excepción, por azares del destino ha frenado antes y la puerta se quedó muy atrás.

Veo a la gente amontonarse donde está la puerta y cuando esta se abre, todos entran empujando tratando de ganar un asiento para ir durmiendo todo el trayecto. Sigo observando. Los más encajosos se avalanzan directamente sobre el asiento más proximo a la puerta (el reservado), sin importarles que vaya algún adulto mayor o una dama. A veces noto que algunos gritan o se quejan, pero mis audifonos me impiden escucharlos. Cuando al fin todo el bullicio termina, entro tranquilamente y busco un lugarcito para acomodarme, no muy cerca de la puerta para no estorbar, no muy al fondo para que no me aplasten, no muy enmedio para que tenga un buen lugar de dónde sujetarme y lo más importante de todo: muy muy lejos de los que cargan mochilas, bolsas o paquetes muy grandes. Es muy incómodo estar detrás de alguien que lleva una mochila tamaño "voy de campamento" o con un paquete en el suelo que no te deja apoyarte bien sobre tus dos pies y te pone en peligro de caer en caso de que el tren frene repentinamente.

Casi siempre duermo de camino a la escuela, ya que mi casa y la escuela están a una línea completa de distancia y me da tiempo de tomar una pequeña pero reparadora siesta. Pero hoy no es el caso, ya que un hombre gordo está sentado en el asiento más próximo a mi, al verlo acomodarse y sacar un periódico todo maltratado de la bolsa trasera de su pantalón, me doy cuenta de que no bajará del tren en un futuro muy próximo.

Me resigno a permanecer despierto todo el trayecto y comienzo a observar a la gente. Es interesante ver las cosas que hacen muchas personas cuando creen que no las está viendo nadie. Algunos se rascan, otros duermen y hacen muecas muy graciosas. Un hombre de traje gris y corbata a rayas muy elegante va llamando por su celular mientras sujeta un maletín con su otra mano, tal vez se pone de acuerdo con alguien para una cita de negocios. Una señora bastante maquillada lleva de la mano a su hijo, el niño tendrá unos 10 años y lleva una camiseta de Ben10. Observo a dos chicas en asientos contiguos que van conversando, parecen muy divertidas, una de ellas tiene cabello claro corn un moñito rosa y pequeños rizos en la punta de su cabello, la otra tiene el cabello muy largo y negro y un lunar en el pómulo derecho que la hace lucir muy simpática. ¿de qué estarán hablando? tal vez una anécdota divertida, una experiencia con algún chico, tal vez recuerden alguna fiesta o el mayor oso de sus vidas, en fin, podrían ser muchas cosas, pero nunca lo sabré, prefiero seguir escuchando mi música.

Después de un par de estaciones, llegamos a una donde siempre hay mucho movimiento, mucha gente baja y otros tantos suben, claro, todo esto puedo explicarlo con mi pequeño postulado matemático: "durante las horas pico en cada estación del metro bajan 3 y suben 5", solo que en esta estación es prácticamente un 5 a 5 o mejor dicho, un 10 a 10. Y es precisamente la gran cantidad de gente que se mueve en el metro lo que me había causado una grán paranóia en los ultimos años, y es que cuando voy en metro y siento algun rose en alguno de mis bolsillos, siento que es para quitarme mi celular, mi ipod o mi cartera, mi mochila procuro cargarla enfrente, ya que ahi viene mi PSP, la gente baja y sube de la misma manera, empujando y compitiendo por un lugar. Nunca falta el que te da un codazo con o sin intención, el descarado que aprovecha para toquetear a alguna señorita y lo peor, la mayor escoria del transporte público: los ambulantes. Lo malo es no saber distinguir entre quiénes dan codazos y quienes te sacan cosas.

Sacar cosas...

Regresó a mi mente la idea: Hurtar.

La gente sigue subiendo y bajando en cada estación, pero ahora he dejado de ver a la gente y comienzo a ver más allá. El hombre gordo del periódico trae audífonos, lo que probablemente indica que tiene un celular con reproductor de música o un dispositivo independiente como un iPod o mp3. La chica del lunar saca su teléfono Sony ericsson w380i, el hombre de traje lleva un reloj Timex que se ve que es muy costoso. La señora saca de su bolso un monedero y saca algunas monedas de él, probablemente para pagar el camión o la micro, pero del monedero llegan a asomarse algunos billetes. Y poco a poco sigo observando las cosas que llevan, anillos, pulseras, relojes, teléfonos celulares de todas las marcas, carteras, monederos, bolsos de mano...

El tren se detiene y todos comienzan a bajar, hasta el hombre gordo que había guardado ya su periódico y sacó un mp3 de los baratitos que traen desde China se levantó de su asiento y bajó. Todo el mundo abandonó el vagón menos yo.

Comencé a cuestionarme sobre todo lo que había escuchado sobre aquellos a quienes llamaban "carteristas". Había escuchado de ellos, pero mi concepto era alguien con mucha destreza, capaz de introducir su mano dentro de los bolsillos de alguien y sustraer sus queridos bienes sin siquiera alertar a su victima de que acababan de arrebatarle algo que era suyo. ¿Qué tan cierto es eso de su habilidad de sustraer cosas? ¿qué técnicas son las q usan? ¿qué hacen si su víctima llega a percatarse de que una mano amiga de lo ajeno está atentando contra sus pertenencias?
Definitivamente son cosas que nunca sabré... por lo menos no hasta que regrese a mi casa y me ponga a buscar en google.
Comenzó a sonar el tono de que las puertas estaban por cerrarse. Había llegado al final de la linea, apresuré a bajarme y continuar mi camino a la escuela.

Así es, todos los días comenzaban igual... todos menos el día de hoy.

martes, agosto 10, 2010

Diario de un carterista (Parte 2)
Posteado por: MegadanX4
Continuando con esta pequeña novela, cuento, historia lo q sea. Aquí está el capítulo 2 de "Diario de un carterista"

Recuerden que sus comentarios son muy valiosos para mi, asi q comenten, pero abstenganse de hechar mierda, ¿ok?

(Click aquí para la parte 1)

Capítulo 2: ¿Qué es un ladrón?

¿Y si fuera un narco-menudista? Ganaría mucho dinero envenenando a la gente, podría comprarme una nueva PC o una netbook, que, aunque no me gustaban, me era atractivo el hecho de que son muy portables, tal vez una cámara de video con disco duro y que grabe en alta definición, con un zoom de 90x, o como yo le llamaba "cámara de francotirador"

Narcomenudista... era una profesión de riesgo (si se le puede llamar "profesión"), en cualquier momento te descubren los policías y vas directo a la cárcel, si te endeudas con tu proveedor te puede ir muy muy mal, y no solo a ti, sino también a tus seres amados. Además, ingresar a ese negocio "underground" supongo que no es nada facil, debes tener contactos dentro y convertirte en alguien de confianza. Finalmente, están las "narcoguerras" en las cuales los de otros cárteles te ven y te disparan sin piedad. Supongo que no es buena idea.

Una vez descartada la idea del negocio de las drogas, la idea de ser político, futbolista, actor de TV o cine, cantante y modelo de ropa para caballeros, las ideas se me estaban terminando, estaba a punto de llegar a la conclusión de que no existe el dinero fácil, cuando mi madre encendió la televisión y escuché las noticias.

"...cada día en la ciudad de México aumenta el número de robos y asaltos a mano armada..."

Robar... esa idea revoloteó en mi cabeza como una de esas horribles polillas grises que sueñan con ser mariposas algún día y que son inevitablemente atraídas por la luz aunque eso signifique su muerte. "Asalto a mano armada"... eso es, sin lugar a dudas, sinónimo de "dinero facil"

Nuevamente vino el análisis detallado; el ser un ladrón implica estar siempre huyendo, y la verdad mi condición física me impide correr a grandes velocidades y distancias muy largas, de algún modo hace falta también ser fuerte en el caso de que haya que forcejear con alguien o defenderse, claro está, que la solución a esto sería un arma, pero usar una navaja implica tener cierta habilidad y destreza, y una pistola sería dificil de conseguir, sin mencionar el precio y lo que yo más necesitaba en ese momento, era dinero. En el último de los casos, cuando el asalto se complique o la emboscada falle, habría que matar y huir...

Matar... otra palabra con la cual podría pasar varios días pensando y reflexionando... ¿quién soy yo para quitarle la vida a otro ser? despues de pensar un poco, recordé una ocasión en que una rata vivió en mi casa. Como toda buena rata, era muy escurridiza, pero cuando al fin logramos aprisionarla mi padre y yo, tuve que tomar una dificil decisión: matar o no matar. Si bien, la rata había roído muchas cosas, ensució varios muebles y el solo hecho de que fuera una rata implicaba que podría portar muchas enfermedades, la decisión no era nada facil... ¿el solo hecho de ser de algún modo "superior" a ese pobre animal me daba el derecho de acabar con su exitencia? Tenía el cuchillo en mi poder, comenzaron a pasar miles de ideas por mi cabeza en cuestión de segundos, mis manos comensaron a sudar como cuando jugaba algún juego de acción, pronto comencé a temblar y al ver la mirada de la rata, esos ojos negros, redondos, que de algún modo podían reflejar la luz, al percatarme de que me miraban de cierto modo, como si me suplicara piedad, que la dejase vivir, que ella era inocente de todo crimen del cuál la culpábamos... simplemente dejé el cuchillo en la mesa y dije dos palabras: "no puedo".

Realmente nunca sería capaz de matar a otro ser humano, y mucho menos si este no me ha hecho nada malo a mi. La conciencia no me dejaría tranquilo nunca, tendría pesadillas todos los días recordando el rostro de mis víctimas, todas con la misma mirada, una mirada que decía "¿por qué?" y tenían razón, no tenía ningún motivo para hacerles daño más que mi propio egoísmo y mi ambición.

Ser un ladrón implicaba ser ágil, fuerte, valiente y de sangre fría y corazón duro como el acero. ¿Reunía yo todas esas cualidades? ¡Por supuesto que no! nunca en mi vida podría cometer un acto de violencia. Pero no todos los robos implican violencia, ¿correcto? De hecho algunos de los robos más grandes en la historia se han llevado a cabo sin violencia. El secreto: Habilidad y talento.

Pero ¿qué clase de habilidad poseía yo?

Era bueno en las matemáticas, podía resolver algunos problemas que muchos en clase no podían, sin embargo, dudo que eso me fuera de utilidad, o por lo menos, no por ahora. ¿qué habilidad podría serme útil?

El habla. Los charlatanes, embusteros, estafadores... todos ellos utilizan la misma herramienta: las palabras. Los más experimentados podían seducir tus sentidos e implantar ideas en tu mente que te harían despojarte de tus bienes, tu dinero o incluso otras cosas en el caso de los "seductores de una noche". Pero el don de la palabra era algo con lo que no fui bendecido. Me costaba mucho hacer amigos e incluso llevar una platica muy extensa con las personas que me rodeaban, y ciertamente el negocio del engaño no sería algo en lo que yo podría tener éxito algún día.

Una vez descartada la violencia y los fraudes, solo quedaba una opción, el hurto. Siempre había pensado que robar y hurtar eran la misma cosa, pero no fue sino hasta que tomé el curso de Formación cívica y ética que comprendí la diferencia. Básicamente el robo es apoderarse de algo usando la fuerza o la intimidación, mientras que el hurto simplemente es tomar algo que no es tuyo.

Si no puedes tenerme, cómprame
si no puedes comprarme, róbame
si no puedes robarme, húrtame


Y fué asi como concebí la idea que resolvería mis problemas de una vez por todas.

martes, agosto 03, 2010

Diario de un carterista (Parte 1)
Posteado por: MegadanX4
La siguiente historia es un relato ficticio, cualquier parecido con la realidad es coincidencia y solo lo escribo para entretenerlos :D

Espero sus comentarios, sugerencias y quejas acerca de este relato, del cual planeo publicar un capítulo cada semana. Dependiendo de la crítica que reciba será más o menos la duración del mismo. Esperemos que se convierta en una entretenida y relativamente extensa lectura para el deleite de nuestros fans. Sin más que decir por el momento, les presento el primer capítulo de "Diario de un carterista" Disfrutenlo :D (P.D. Si les da paja leer, no comenten para hechar mierda, para eso está el balde de porquerías)

Capítulo 1: ¿Placer o Necesidad?

Desde siempre, mi pasión fueron los electrónicos; celulares, videojuegos, televisores, computadoras, reproductores de música, cámaras digitales... todo aquello que fuera imbuido de vida por el magnífico poder de la electricidad. Me emocionaba cuando en mi familia llegaba un nuevo aparato, el solo hecho de abrir la caja y percibir el aroma del plástico nuevo, sentir las envolturas con las leyendas "Peligro de asfixia" y tocar el unicel que protegía al preciado objeto me daba un placer enorme, hasta el hecho de estrenar una cafetera o un tostador era un grán suceso para mi. Mis dedos ansiosos de presionar los botones, mis ojos llenos de alegría al ver los indicadores (pantallas, leds, alarmas, pitidos o cualquier cosa) y mi corazón latiendo con fuerza al saber que un nuevo miembro de la familia había llegado.

Lo malo de esta "pasión" es que toda esta tecnología no es tan barata como quisiera, o por lo menos no lo suficiente para que mi familia pudiera comprar un nuevo dispositivo cada semana y lo peor es que poco a poco se iba convirtiendo en una especie de adicción, y por más trillado que parezca la frase de que "el hombre, entre más tiene, más desea" parecía que era verdad.

"El dinero no crece en los árboles, tu padre es viejo y dentro de poco tiempo se jubilará y ya no podremos darnos esos lujos que antes nos dábamos" Eso decía mi madre siempre que a mi se me ocurría decir algo como "Las TV de alta definición están en oferta" o "el otro día vi que anunciaban una computadora muy barata, pero por esa misa cantidad yo podría armar una mejor..." Y no era de extrañarse, ya que mis padres siempre peleaban por el dinero, asi que poco a poco mis esperanzas de estrenar un nuevo aparato se iban mermando.

Un día pensé en la solución: Buscar un trabajo!
Claro, se dice más facil de lo que se hace, visité algunos lugares, todos ellos relacionados con la electrónica o computadoras, pero ninguno de ellos tenía lo que buscaba. Y ¿qué era lo que buscaba? Estar cerca de los aparatos, poder utilizarlos y descubrir las maravillas y secretos de cada uno, que fuera un empleo de medio tiempo (ya que aún tengo la sagrada obligación de terminar una carrera) y que la paga realmente fuera lo suficientemente motivante para hacer del trabajo, un modo de vida. Desafortunadamente solo me encontré con empleos mediocres, salarios que sinceramente considero una ofensa, o tareas para las cuales, debido a mi nivel de estudios, estoy sobrecalificado, y, pese a mi necesidad de dinero (o de electrónicos) tuve que rechazar.

Desanimado por no poder encontrar un empleo que realmente valiera la pena, comencé a idear cómo podría ganar dinero facilmente. Y fue así como recorrí el sendero de la imaginación buscando respuesta a ciertas interrogantes: ¿qué clase de invento novedoso podría crear para hacerme rico?, ¿cuál es la probabilidad de ganar la lotería si compro un billete todos los días?, a quién podría brindar mis servicios a cambio de una retribución económica? y de una en una las preguntas sin responder fueron cambiando; ¿que pasaría si vendiera droga?, ¿a quién podría engañar y cómo podría hacerlo para quitárle su dinero?, ¿debería robar en los parques a media noche con una pistola o navaja en mano?

Me di cuenta de que todas esas ideas eran cada vez más descabelladas, y probablemente nunca llevaría a cabo alguna de ellas. Además, dentro de lo que cabe, la gente que me rodea, amigos, familia, novia, e incluso yo, me consideran una persona honesta, sincera, con valores y en general "una buena persona".

¿Sería que esta "necesidad" de tener cosas me haría cambiar? ¿es normal que una pequeña afición por la tecnología se convirtiera en un vicio incontrolable que me obligara a cometer actos de los cuales nadie estaría orgulloso? de algun modo este asunto me inquietaba cada día más, pero trataba de seguir con mi vida normal dejando a un lado la idea de obtener lo que quería por los medios que fueran necesarios.

El día que mi padre me dijo "Tu ya solamente pides las cosas por pedir, realmente no las necesitas, solo crees que las necesitas y no te das cuenta de que hay ciertas cosas que no podemos darnos el lujo de tener solo por que sí" me di cuenta de que probablemente el placer que sentía al estrenar un aparato se estaba convirtiendo en la necesidad de experimentar ese mismo placer y el hecho de no poder satisfacer esa necesidad me estaba inquietando mucho.

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